La danza es una de las artes más importantes para la expresión emocional a través de la música y el movimiento. El vestuario es una parte esencial de la danza, ya que ayuda a mejorar el movimiento y la interpretación. Piensa por ejemplo en un bailarín de ballet que lleva un tutú, un vestido de tul que da una sensación de flotabilidad y movimiento. El vestuario en la danza va más allá de la estética y la moda. Este cumple una función como elemento de interpretación de los personajes.
En la danza teatralizada el vestuario es fundamental para contextualizar la obra. Por ejemplo, en el caso de ballets históricos, el vestuario se convierte en una herramienta fundamental para recrear la época en la que transcurre la acción. Un ejemplo de ello es el ballet Coppélia, en el cual los vestuarios se ajustan al ambiente de la historia, y las prendas utilizadas permiten reconstruir la vida cotidiana del siglo XIX en una aldea europea. Los vestidos del ballet suelen ser largos y con capas, con detalles cuidados para que los diseñadores logren crear una unión perfecta entre los movimientos de los bailarines y las prendas elegidas para ellos.
Para ballets más modernos, el vestuario es igual de importante. En el ballet 'El Lago de los Cisnes', por ejemplo, el vestuario está diseñado para reflejar la tristeza del personaje principal Odette, que ha sido convertida en un cisne. El vestido es largo y opulento, pero también cuenta con una transparencia sugerente, que refleja la fragilidad de Odette. Por su parte, el personaje masculino, Sigfrido, lleva un traje ajustado, lo que le da más libertad de movimiento y un aire de gallardía y elegancia. Con estos trajes es posible transmitir mejor la emoción de los personajes al público.
El vestuario puede suponer una carga mayor de trabajo para los coreógrafos, pero también es una oportunidad para llevar la danza a otro nivel, consiguiendo una inigualable experiencia artística que involucra al espectador.
En ocasiones se necesitan vestuarios más de otro mundo, en el caso de ballets surrealistas, donde la ropa no necesariamente tiene que estar anclada a una época, sino a un universo imaginario. En ballets como 'El Carnaval de los Animales', por ejemplo, los trajes de animales son una parte fundamental de la obra. Puedes enfocar en ello una gran cantidad de detalles combinando elementos como la textura, el color y los materiales. Los vestuarios del coro de animales, que conforman la obra, van acorde a los movimientos que realizan los bailarines, para una experiencia más completa e inmersiva.
Por otro lado, los ballets contemporáneos y las danzas modernas suelen optar por diseños más sobrios y minimalistas. La idea es que el vestuario no distraiga la atención del público, alejándolo de la historia y la interpretación. La percepción de la prenda, sin dejar de tener relevancia, es más simple y moderna, para adecuarse a las necesidades de las obras. La danza contemporánea intenta reflejar la sociedad actual, en la que la ropa no define al personaje, sino los actos y los sentimientos que transmiten los movimientos.
En la danza, el vestuario cumple una función esencial para la creación de personajes y la interpretación de la danza. Ayuda a contextualizar la historia, a acentuar la emoción del personaje y a crear un ambiente adecuado para la obra. Desde los ballets clásicos hasta la danza contemporánea, el vestuario, en manos de un diseñador hábil y creativo, puede convertirse en un elemento fundamental de la danza que catapulte la obra a otro nivel de expresión, donde el vestuario y la danza se fusionan para hacernos sentir, con el cuerpo y el corazón, la historia y la vida de los personajes a través de este arte tan poderoso.
El vestuario en la danza es un arte en sí mismo. Está diseñado para realzar de forma sutil la danza, ser el complemento perfecto para el movimiento y potencializar el espectáculo que se está presentando. La idea de que la prensa es menos importante que la danza misma, es un error. La experiencia artística incluye también la ropa, haciendo que la obra tenga un mayor impacto. Así, se logra que el público experimente una emoción completa, para que la pieza de danza sea algo único e inolvidable.
En conclusión, en la danza el vestuario es más que una moda. Es una herramienta fundamental para la interpretación de los personajes. Desde la época victoriana hasta el día de hoy, el vestuario ha sido clave para dar vida a este arte tan poderoso. Vestuario para personajes históricos, modernos, surrealistas y minimalistas: cada pieza es importante y única para la historia que se quiere contar. Siendo el ballet en parte un juego de la vista y la imaginación, el vestuario logra su cometido y ayuda a crear la obra de danza completa.