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El misterio detrás de la coreografía de 'Kontakthof': el secreto de una obra de danza de Pina Bausch

Introducción

La danza es un arte que ha evolucionado a lo largo de la historia y que está presente en todas las culturas del mundo. Desde los rituales tribales hasta los espectáculos contemporáneos, la danza ha sido una forma de comunicación y expresión. Los coreógrafos son los responsables de crear las obras de danza y de transmitir sus ideas y emociones a través del movimiento. Entre ellos, destaca Pina Bausch, una de las figuras más importantes de la danza contemporánea. En este artículo vamos a analizar una de las obras más emblemáticas de Pina Bausch, 'Kontakthof', y a descubrir el misterio detrás de su coreografía. Veremos cómo Pina Bausch trabajaba con los bailarines y cómo plasmaba sus ideas en la escena.

El contexto de 'Kontakthof'

'Kontakthof' es una obra de danza creada por Pina Bausch en 1978 para el Tanztheater Wuppertal, la compañía de danza que dirigió durante más de 30 años. La obra se estrenó en el festival de Aviñón y desde entonces ha sido representada en todo el mundo. La obra se divide en tres partes y cuenta con un elenco de trece bailarines. La música es una selección de canciones populares de la década de 1930 y la escenografía es minimalista. La obra tiene como tema principal el contacto entre las personas y la dificultad de establecer relaciones humanas auténticas.

El método de trabajo de Pina Bausch

Antes de adentrarnos en la coreografía de 'Kontakthof', es necesario conocer el método de trabajo de Pina Bausch. La coreógrafa alemana no seguía un proceso creativo tradicional. En vez de empezar con una idea preconcebida o una historia, Pina Bausch trabajaba a partir de las emociones y experiencias de sus bailarines. Durante el proceso de creación, Pina Bausch se reunía con los bailarines y les pedía que exploraran diferentes sensaciones y emociones a través del movimiento. No había una coreografía preestablecida sino que iba surgiendo a medida que los bailarines experimentaban en el escenario. Este enfoque experimental y colaborativo de la creación de la obra aseguraba que los bailarines tuvieran un papel activo en el proceso creativo y que la obra final fuera una expresión auténtica de sus experiencias y emociones.

La coreografía de 'Kontakthof'

Partiendo de este método de trabajo, Pina Bausch construyó la coreografía de 'Kontakthof'. La obra se divide en tres partes: una primera para bailarines mayores de 65 años, una segunda para bailarines jóvenes de entre 14 y 18 años y una tercera para bailarines adultos de entre 26 y 42 años. En la primera parte, los bailarines mayores de 65 años se mueven lentamente por el escenario en parejas. La música es una versión lenta de la canción 'Mackie Messer' de Bertolt Brecht. La coreografía es muy simple pero está llena de detalles. Los movimientos son suaves y elegantes, como si los bailarines estuvieran redescubriendo el contacto físico tras años de soledad. En la segunda parte, los bailarines jóvenes aparecen en escena con trajes de época. La música es una versión acelerada de la canción 'Ich bin von Kopf bis Fuß auf Liebe eingestellt' de Marlene Dietrich. La coreografía es muy diferente a la primera parte. Los bailarines se mueven rápidamente, saltando y girando por el escenario en una danza frenética y juvenil. La ropa y los movimientos evocan la imagen de una fiesta de la alta sociedad de los años 30. En la tercera parte, los bailarines adultos aparecen de nuevo en escena. La música es una selección de canciones populares de la década de 1930 interpretadas por Fred Astaire y Ginger Rogers. La coreografía es un juego complejo de seducción y rechazo. Los bailarines se acercan y se alejan, luchando por establecer una conexión real.

El secreto de la coreografía de 'Kontakthof'

El secreto detrás de la coreografía de 'Kontakthof' es la habilidad de Pina Bausch para plasmar las emociones y vivencias de sus bailarines en la escena. La obra es una reflexión sobre el contacto humano y la dificultad de establecer relaciones auténticas en una sociedad cada vez más individualista. Los movimientos de los bailarines reflejan esa necesidad de contacto y esa dificultad para conectar con los demás. La primera parte con los bailarines mayores de 65 años muestra la fragilidad de las relaciones humanas. Los movimientos lentos y suaves reflejan la necesidad de contacto físico y emocional tras años de soledad. La segunda parte con los bailarines jóvenes muestra la euforia de la juventud y la necesidad de establecer relaciones en un entorno social que promueve la superficialidad y el hedonismo. La tercera parte con los bailarines adultos muestra la complejidad de las relaciones amorosas y la dificultad de establecer conexiones auténticas. La música también es un elemento clave en la coreografía de 'Kontakthof'. La selección de canciones populares de la década de 1930 refleja la nostalgia por una época en la que las relaciones humanas parecían más auténticas y menos superficiales. La música se convierte en una especie de banda sonora de las emociones de los bailarines.

Conclusiones

La coreografía de 'Kontakthof' es una obra maestra de la danza contemporánea. Pina Bausch supo plasmar en la escena las emociones y vivencias de sus bailarines de una forma sutil y emotiva. La obra es una reflexión sobre el contacto humano y la dificultad de establecer relaciones auténticas en una sociedad cada vez más individualista. La música y la escenografía son elementos clave en la coreografía y complementan a la perfección los movimientos de los bailarines. 'Kontakthof' es una obra que no deja indiferente a nadie y que sigue conmoviendo al público décadas después de su estreno.