Las 10 coreografías más elegantes del ballet clásico

Primeros pasos en danza

Introducción

El ballet clásico es probablemente el estilo de danza más reconocido en todo el mundo, el cual ha evolucionado desde la corte francesa del siglo XVII hasta convertirse en una forma de arte globalmente apreciada. Una de las características más apreciadas del ballet clásico son sus elegantes y fluidas coreografías que requieren de una gran técnica y habilidad en la interpretación de sus movimientos. A continuación, presentamos las 10 coreografías más elegantes del ballet clásico.

1. El Lago de los Cisnes

Esta obra maestra del compositor Piotr Ilich Tchaikovsky es una de las piezas más emblemáticas del ballet clásico. La coreografía original fue creada por el coreógrafo ruso Marius Petipa y el italiano Lev Ivanov. La historia de amor entre el príncipe Siegfried y la princesa Odette, quien ha sido transformada en un cisne por el malvado hechicero Von Rothbart, se desarrolla a través de una asombrosa serie de movimientos de danza clásica. A lo largo de la pieza, los bailarines deben llevar a cabo pasos técnicamente difíciles, como los arabesques, los fouettés y los entrechats. La música elegante y emotiva de Tchaikovsky son el complemento perfecto para una coreografía que ha cautivado y maravillado a audiencias de todo el mundo durante más de un siglo.

2. El Cascanueces

Otra obra inmortal de Tchaikovsky, El Cascanueces es una maravillosa pieza de ballet que cuenta la historia de la joven Clara y su mágico viaje al Reino de los Dulces. La coreografía original fue creada por Marius Petipa y el compositor Lev Ivanov, pero la versión más conocida es la creación de Rudolf Nureyev para el Ballet de la Ópera de París. La música mágica y encantadora de Tchaikovsky es el acompañamiento perfecto para un ballet lleno de giros y saltos absolutamente impresionantes, y que se ha convertido en un clásico navideño en todo el mundo.

3. La Bella Durmiente

La adaptación del cuento de hadas de Charles Perrault por parte del compositor ruso Pyotr Ilyich Tchaikovsky y el coreógrafo francés Marius Petipa ha dejado una huella permanente en el mundo del ballet clásico. Los giros en el aire, los saltos en diagonal y la delicada elegancia de la música y los movimientos son los principales motivos de su popularidad. La trama, que involucra el amor verdadero, la maldición de una hada malvada y una princesa dormida durante 100 años, permiten mostrar el rango de emociones que los bailarines pueden expresar.

4. Giselle

La obra de ballet Giselle es uno de los principales hitos en la historia del ballet romántico. La coreografía original fue creada por Jean Coralli y Jules Perrot, pero ha sido recreada por muchos coreógrafos a lo largo del tiempo. La historia de amor trágico entre Giselle, una aldeana, y el noble disfrazado de campesino, Albrecht, se desarrolla en dos actos. Esta coreografía presenta una combinación de delicadeza, gracia y fuerza. Los bailarines deben interpretar movimientos elegantes, pero también múltiples saltos y giros en el aire. El dramatismo de la obra es realzado por la música de Adolphe Adam, especialmente en la escena final donde los espíritus de las mujeres muertas vengan su muerte; éste es uno de los momentos más memorables de esta coreografía inolvidable.

5. Don Quijote

La adaptación del ballet de la novela de Miguel de Cervantes viene de la mano del ballet clásico. La coreografía original de Petipa ha sido recreada por muchos coreógrafos modernos, como por ejemplo Alexey Ratmansky. Don Quijote es famoso por su energía y por combinar humor con actuación excepcional. La trama sigue al caballero errante Don Quijote mientras se embarca en una serie de aventuras, pero sobre todo sigue el romance entre Kitri y Basilio. Los bailarines deben realizar pasos espectaculares y llevan una variedad de trajes que realmente se adaptan a la época de la novela ambientada en los años 1600.

6. Coppelia

La obra de ballet Coppelia fue creada por el compositor Francés Léo Delibes y el coreógrafo Arthur Saint-Leon. La trama cuenta la historia de un anciano inventor que crea una muñeca y el enamoramiento que un joven tiene hacia ella. La soltura y la delicadeza que requiere la coreografía son impresionantes, sobre todo en la divertida escena de la muñeca tontorrona que se comporta de manera tonta. Una de las principales marcas de su historia son los pasos y movimientos únicos, que mezclan elementos cómicos con movimientos exquisitamente precisos. Esta coreografía es perfecta para aquellos que buscan una obra de ballet que tenga un poco de todo: romanticismo, humor y espectáculo técnico impecable.

7. La Valse

La Valse es una de las piezas más impresionantes y más elegantes del ballet clásico. La coreografía original fue creada por el coreógrafo francés George Balanchine, y la música fue compuesta por Maurice Ravel. El ballet es una obra maestra de elegancia y simplicidad, pero también de complejidad estructural y musical. Los bailarines llevan trajes de estilo vienés y realizan giros de Vals. La coreografía parece fluir sin esfuerzo, realizando movimientos precisos que se combinan con la música de Ravel de manera perfecta Para el espectador, ella tiene una fluidez como un río y es fácilmente una coreografía para admirar.

8. La Bayadere

La Bayadere es una espectacular coreografía de dos actos que fue creada por Marius Petipa. Junto a la música de Ludwig Minkus, la obra relata la historia de una sacerdotisa india, Nikiya, y su amor prohibido con el joven guerrero Solor, quien debe casarse con la princesa Gamzatti. El contraste entre los dos mundos está perfectamente representado por la música y los movimientos del ballet. Los pasos técnicamente difíciles en esta coreografía incluyen saltos en diagonales y en altura, pero el mayor desafío es la precisión en los montajes y la velocidad de cambio de pasos. Incluso la más mínima diferencia en la velocidad puede dar lugar a una respuesta inesperada y hace de ella una verdadera hazaña técnica.

9. La Esmeralda

La Esmeralda relata la historia de amor entre el gitano Quasimodo y la bella Esmeralda en el siglo XV en París. La coreografía fue creada por Anton Dolin y la música de Cesare Pugni. Esta coreografía ofrece una mezcla única de virtuosismo técnico y emociones dramáticas intensas. Los bailarines deben interpretar personajes apasionados, mientras realizan saltos y giros en el aire y pasos técnicamente difíciles. Su entusiasmo y su intensidad los hacen destacar en el escenario.

10. El Corsario

El cuerpo de ballet y el heroico personaje masculino son los protagonistas en esta puesta en escena basada en el poema byroniano. Originalmente creada por Jules Perrot y Joseph Mazilier, pero una vez más Marius Petipa llevó el ballet a una nueva dimensión mediante su versión de la obra. La música elegante, la variedad de trajes y los movimientos elegantes hacen de el Corsario uno de los ballets imperdibles del repertorio clásico. El estilo del ballet le permite a los bailarines más experimentados y enérgicos, ofreciendo un espectáculo impresionante. La alta calidad técnica del ballet se pone en marcha en los pasos complicados, los trucos de equilibrio y movimientos aéreos. El romance en la trama, que involucra a una gobernadora turca y un esclavo pirata, se suma a los elementos emocionales de la obra, lo que la convierte en un verdadero espectáculo de ballet clásico.

Conclusión

El ballet clásico, con sus elegantemente coreografiados movimientos y su música de ensueño, ha sido capaz de capturar y cautivar a audiencias de todo el mundo. Los artistas del ballet, trabajando en conjunto con músicos y diseñadores de vestuario, han creado algunas de las obras de arte de danza más impresionantes y emotivas que se han visto en un escenario. Las coreografías mencionadas anteriormente, han sido las que han resistido el paso del tiempo y que hoy en día siguen siendo las grandes joyas del arte clásico en lo que se refiere a técnica, musicalidad y habilidad. Cada uno de estos ballets ha sido adaptado, reinventado y personalizado por diferentes coreógrafos a lo largo de diferentes épocas y continentes, etc. Pero siempre destacando por sus complejas coreografías, que demuestran la técnica y la pasión del ballet clásico.