La danza es una expresión artística que ha evolucionado a lo largo del tiempo y ha sido influenciada por muchas corrientes y técnicas. Una de las técnicas más importantes y populares es la técnica Cunningham, creada por el coreógrafo y bailarín estadounidense Merce Cunningham en el siglo XX. Esta técnica se caracteriza por su enfoque en la liberación del cuerpo y la exploración del movimiento, y su relación con la música y la poesía es fundamental en su desarrollo.
Merce Cunningham fue uno de los principales exponentes de la danza moderna del siglo XX. Nacido en Centralia, Washington, en 1919, estudió danza en la Cornish School de Seattle y en la Bennington College de Vermont. Durante su carrera, trabajó con artistas como el compositor John Cage y el pintor Robert Rauschenberg, quienes influyeron en su trabajo y en su concepción de la danza.
La técnica Cunningham se desarrolló durante los años 50 y 60 en Nueva York, y su objetivo principal era liberar el cuerpo del bailarín de las formas tradicionales de la danza, y explorar nuevas posibilidades de movimiento y conexión con la música y la poesía. La técnica se caracteriza por:
Merce Cunningham consideraba que la relación entre la música y la danza era fundamental para la creación de una obra. Sin embargo, en su técnica, la música y el movimiento no están necesariamente sincronizados, sino que cada uno tiene su propia independencia y autonomía.
En la técnica Cunningham, el coreógrafo y los bailarines utilizan una partitura para la música, que puede ser creada por el compositor John Cage u otros músicos contemporáneos. La partitura no es una pieza musical completa, sino una serie de indicaciones sobre los elementos de la música, como la duración, el timbre o la intensidad, que sirven como inspiración para el movimiento y la creación coreográfica.
Esta relación no convencional entre la música y la danza ha creado obras interesantes e innovadoras en la historia de la danza, como "RainForest" (1968), una colaboración entre Cunningham, Cage y el artista visual Andy Warhol.
La poesía también ha sido una fuente de inspiración importante en la técnica Cunningham. El trabajo con la poesía se centra en la exploración del movimiento a partir de palabras y frases, y la creación de imágenes visuales a través del movimiento.
En la técnica Cunningham, el coreógrafo o los bailarines pueden utilizar una línea de poesía como punto de partida para la creación coreográfica. La poesía puede inspirar el movimiento, o incluso, el movimiento puede inspirar la creación poética.
Un ejemplo de colaboración entre la poesía y la técnica Cunningham es "BIPED" (1999), una obra creada en colaboración con el poeta experimental David Vaughan y el diseñador electrónico Paul Kaiser. En esta obra, se utiliza la tecnología para crear una conexión entre el movimiento de los bailarines y la poesía, a través de la proyección de imágenes y textos en el escenario.
La técnica Cunningham es una de las técnicas más influyentes y revolucionarias en la historia de la danza. Su enfoque en la liberación del cuerpo y la exploración del movimiento ha sido una fuente de inspiración para muchos coreógrafos y bailarines contemporáneos. La relación de la técnica Cunningham con la música y la poesía es fundamental en su desarrollo y ha creado obras interesantes e innovadoras en la historia de la danza.